Crisis de los medios de papel… ¿cuál crisis?
Las señales de crisis de los medios de papel abundan por todas partes y ha alcanzado a varios de los diarios más antiguos y de mayor prestigio internacional, pero en algunos países emergentes como el Perú se ha producido, durante la última década, un fortalecimiento de su poder y capacidad económica, y algunos diarios están sirviendo como plataforma para la conformación de conglomerados mediáticos de peso. A continuación, algunos rasgos del fenómeno de la creciente relevancia de los medios de papel peruanos.
Crecimiento económico. La economía peruana experimentó una transformación considerable durante las dos décadas pasadas, pasando de un verdadero colapso –hiperinflación, bancarrota de la hacienda pública, y suspensión de varios servicios públicos vitales así como del pago de la deuda externa– a ser una de las economías más dinámicas de América Latina.
Como consecuencia de ese proceso, las compañías locales se han fortalecido considerablemente, en gran parte porque se ha empezado a alcanzar niveles de consumo un poco más en línea con los promedios de los países de la región y por un ensanchamiento importante de la clase media. Eso ha elevado los montos de publicidad invertidos así como el número de personas en disponibilidad de adquirir un periódico.
Durante las últimas dos décadas los medios de papel peruanos han elevado su poder, entendido como la capacidad de influir en los eventos principales de la sociedad
Medios más sólidos. Las empresas periodísticas no han estado ausentes de este proceso de fortalecimiento corporativo en el Perú, y algunas de ellas han aprovechado este contexto para dar un salto relevante, como los grupos El Comercio y La República, que adquirieron un canal de televisión –América TV– que estaba quebrado y que hoy en día es el de mayor peso en ese mercado.
Más medios. Junto con lo anterior, debe agregarse que Lima es quizá una de las capitales latinoamericanas con el mayor número de diarios pues en ella circulan, cotidianamente, unos 25 medios de papel, incluyendo ‘serios’, populares, de negocios y deportivos. Algunos pertenecen al mismo grupo editorial y otros aparecen como un esfuerzo individual, en algunos casos en asociación con una corriente política y, en otros, creyendo que pueden ser un vehículo para un importante emprendimiento comercial. En cualquier caso, por ganar poder o dinero, el número de diarios sigue aumentando cada año.
Más lectores. En comparación con dos décadas atrás, el número de diarios vendidos en Lima ha crecido en más de treinta por ciento. Esto se explica, principalmente, por la aparición de nuevos diarios antes que por la consolidación y expansión de los más antiguos. Los medios de papel que han tenido un desarrollo más intenso en el Perú durante la última década son los de carácter popular. Uno de ellos, Trome, sostiene que hoy en día es el diario en español de mayor circulación en el mundo.
Más poder. Como una consecuencia de los factores antes descritos, durante las últimas dos décadas los medios de papel peruanos han elevado su poder, entendido este como la capacidad de influir en el curso de los eventos principales de la sociedad.
Pero quizá más importante que los aspectos económicos para entender la influencia creciente de los medios en el Perú sea el continuo deterioro de la política peruana expresada en la gran dificultad de sus instituciones principales –los partidos políticos o el propio Estado– para cumplir el papel de intermediario entre las demandas de la gente y los centros donde se toman las decisiones vinculadas al ejercicio efectivo del poder.
Mientras la presencia del Estado –seguridad, justicia o servicios de educación y salud– es escasa en importantes extensiones del territorio nacional, la ausencia de los partidos políticos es incluso más grave. Aunque hoy existen 27 partidos con el registro electoral para poder presentar un candidato presidencial, en la práctica son instituciones ‘de papel’, sin gravitación cotidiana para el ciudadano.
La principal fuente de poder de los medios peruanos radica en que han reemplazado, por su fragilidad, a las instituciones clave de la política como los partidos y, con frecuencia, al propio Estado
Como consecuencia de esta fragilidad de las instituciones llamadas a cumplir una función central de la política como la de representación y servir como intermediario entre la gente y el gobierno, los medios de comunicación peruanos son los que acaban realizando esta tarea, para lo cual la ciudadanía suele depositar su confianza y expectativa en ellos como instrumentos para la solución de buena parte de sus problemas. Este hecho constituye la principal fuente de poder de los medios de comunicación peruanos.
Definen la agenda. Como una consecuencia de lo anterior, los medios de comunicación peruanos son los que, en general, definen la agenda nacional y, con frecuencia, con mayor gravitación que los políticos e, incluso, el propio gobierno.
Conscientes del poder de los medios, los presidentes de la República asumen que una tarea clave de su administración es ganarle la mano a los medios en la definición de la agenda nacional. Alberto Fujimori se dedicó a comprar, literalmente, los medios para que actuaran a su favor. Con dicho fin, su cómplice y asesor principal Vladimiro Montesinos hizo contratos ilegales con los propietarios de algunos medios –incluyendo a todos los canales de televisión y varios diarios– para que estos cedieran el manejo de su línea editorial e informativa al gobierno. Como consecuencia de este hecho delictivo, varios propietarios de medios acabaron en la cárcel cumpliendo penas por su participación en hechos corruptos.
Los periodistas tienen mayor credibilidad que los políticos y los de mayor prestigio suelen estar en los medios de papel, aunque combinan sus actividades periodísticas con participaciones en medios televisivos, radio y digitales
Posteriormente, durante buena parte de su Presidencia (2001-2006), Alejandro Toledo perdió el control de la agenda nacional debido a que esta fue manejada por los medios y él se convirtió en un simple seguidor de la misma. Mientras tanto, su sucesor, Alan García, ha recuperado parte de la iniciativa y establecido un mejor balance de poder entre su gobierno y los medios. En cualquier caso, sin embargo, estos juegan un papel gravitante en el curso de la política peruana.
Credibilidad del papel. Los medios de papel peruanos tienen una alta credibilidad en la ciudadanía, un poco menos que los radiales pero más que la televisión. En cualquier caso, el peso de los medios en la formación de la opinión pública peruana es muy importante. Los periodistas tienen mayor credibilidad que los políticos, y los de mayor prestigio suelen estar en los medios de papel, aunque debe indicarse que buena parte de ellos combinan sus actividades periodísticas con participaciones en medios de televisión, radio y digitales.
Calidad endeble. Finalmente, debe indicarse que no obstante el poder que poseen, la calidad de los medios de papel peruanos es irregular. Con pocas excepciones, la mediocridad del producto y los bajos estándares de ética de los periodistas y de los propietarios es, lamentablemente, un fenómeno que afecta duramente a la prensa peruana.